Estrategia de detección precoz, vigilancia y control de COVID-19

La estrategia de detección precoz, vigilancia y control de Covid-19 conforma el seguimiento y estudio de aquellos casos de personas que, con carácter estrecho, han tenido contacto con el coronavirus COVID-19.

Este estudio tiene el fin de diagnosticar, de manera temprana, los casos infectados en el inicio de sus síntomas, para así evitar que el virus se transmita en un período asintomático o paucisintomático.

El documento que recoge la estrategia de detección precoz está aprobado por la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta, así como por la Comisión de Salud Pública Interterritorial, habiendo sido presentado al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

Además, se revisa de forma permanente, dependiendo de la evolución del virus y cualquier nueva información que deba contemplarse, para su prevención.

¿Cuáles son algunos de los síntomas del COVID-19?

Según cada persona, la COVID-19 puede afectar de distintas formas.

En la mayor parte de los casos, los síntomas que se manifiestan suelen ser de una intensidad moderada o leve, por lo que no suelen requerir hospitalización.

Entre los síntomas más comunes se encuentran:

• Cansancio
• Fiebre
• Tos seca

Algunos de los síntomas menos habituales, aunque leves, son:

• Erupción cutánea
• Dolores de garganta
• Molestia y dolor muscular
• Pérdida de los sentidos del gusto y/o el olfato
• Conjuntivitis
• Disminución del color en los dedos de pies y manos
• Diarrea
• Dolores de cabeza

Aquellos síntomas que se consideran graves se detectan en:

• Presión o dolores de pecho
• Problemas de respiración o manifestación de falta de aire
• Dificultad para moverse e incluso hablar

Si comienzas a sentir alguno de los síntomas graves, no dudes en pedir atención médica de inmediato.

En caso de que sospeches que tus síntomas son leves, la mejor opción es confinarte en tu hogar.

Lo habitual es que, si te has contagiado, empieces a presentar síntomas en un período aproximado de cinco o seis días, desde la infección o contacto con una persona positiva. No obstante, estos síntomas pueden presentarse hasta en un plazo de catorce días.

En cualquier caso, debes saber que también hay algunas soluciones COVID que te facilitan su detección en momentos puntuales, (además de las pruebas diagnósticas oficialmente fiables en un alto porcentaje, como las PCR).

¿Por cuánto tiempo debe mantenerse el aislamiento por COVID-19?

El aislamiento por COVID-19 debe mantenerse hasta pasados tres días desde que se presenta el cuadro clínico y fiebre, teniendo en cuenta que hayan transcurrido diez días desde la manifestación de los síntomas.

Para saber cuándo ha sido transmitido el virus son estimados de de dos a tres días previos a presentar los síntomas, aunque en algunos casos se cuenta la transmisión desde unas horas antes de que estos se inicien.

A lo largo de la semana posterior al contagio los síntomas van decreciendo, (antes de que se cumpla el período exigido de diez días a mantener por aislamiento COVID).

¿Qué síntomas tiene la variante Delta del COVID-19?

Una de las preocupaciones que más comentadas son, respecto a la transmisión del COVID-19, son las variantes.

Al ser desconocidas, hasta que no pasa un tiempo no se sabe bien qué repercusión pueden tener dichas variantes del virus. Pero, ¿sabes exactamente qué es una variante de virus?

Una variante es una mutación de un virus, la cual se produce pasado un tiempo desde su aparición.

Conforme el virus va infectando a los seres humanos, puede ir creando réplicas de su genoma, lo que puede originar posibles errores (o mutaciones del virus).

Concretamente, la variante delta del COVID-19 ha tenido lugar en muchos países, desde su detección en India.

Aunque se continúa investigando esta variante COVID, se sabe que algunos de los síntomas más comunes que conlleva son los dolores de garganta y la mucosidad. Sin embargo, algunos expertos aseguran que la variante Delta del COVID-19 provoca menores síntomas de pérdida del olfato e incluso de tos.