¿Qué es un detector de humo iónico?

En cualquier ámbito que se precie, disponer de un detector de humo puede resultar decisivo, como refuerzo de seguridad.

Un espacio de trabajo, por ejemplo, o los lugares propiamente personales, sufren menos peligro de incendio si cuentan con detectores de humo. Estos pueden ser de varios tipos:

• Convencionales
• Direccionables
• Inteligentes
• Ópticos
• Térmicos
• De radiación
• Iónicos

Concretamente, el detector de humo iónico es reconocido como el más preciso. Se diferencia del resto de detectores de humo en que es un dispositivo cuya función consiste en analizar las pequeñas partículas de aire, sin captar la presencia de una abrumadora cantidad de calor o de humo.

Los detectores de humo iónicos llevan incorporada una cámara ionizada con sensor de luz. Gracias a este sensor, pueden detectar las pequeñas partículas que no se ven a simple vista.

Por tanto, en el instante que una partícula de humo o gas, diminuta, penetra en la cámara del dispositivo iónico, el detector de humo hace saltar la alarma.

Detector de humo iónico – Características:

El detector iónico de humo cuenta con más ventajas que desventajas.

En primer lugar, se trata de un dispositivo que requiere un escaso mantenimiento, pues no dispone de cables y su limpieza puede realizarse mensualmente, sin inconveniente, para mantenerlo funcionando.

Por otro lado, es un dispositivo que funciona con poca luz, pues la detección que ejerce no es de humo en sí, sino de partículas. Esto hace que sea un detector eficaz cuando el espacio no está iluminado.

Gracias a su hipersensibilidad, el detector de humo iónico ofrece una detección precoz, por la precisión de la que está dotado para captar las partículas. Eso sí, como contraposición a esta eficacia, puede generar falsas alarmas, en algunas ocasiones.

Además de todo ello, los detectores iónicos de humo resultan muy económicos en cuanto a coste, lo que sitúa a este dispositivo en uno de los más asequibles de instalar.

¿Cómo funciona un detector de humo iónico?

Para realizar su función de captación, con extremada precisión, el detector de humo iónico es sensible y efectivo, a un nivel superior que otro tipo de detectores de humo.

Un detector de humo iónico no avisa tarde, ya que está dotado de capacidad para emitir un aviso temprano, ante una alerta de incendio que deba avisar, con anterioridad, incluso, a que el humo se perciba en el espacio donde está incorporado.

La labor que lleva a cabo este tipo de dispositivo es de ionización del aire. Esta se produce a través de dos placas internas que tiene instalada su cámara, y que funcionan junto a un material radiactivo.

Al mismo tiempo, cuando se produce un incendio, la combustión generada permite activar un circuito eléctrico en el detector de humo iónico, que activa las dos placas de su cámara para proceder al envío de una señal de alerta.

Detectores de humo iónico prohibidos

A pesar de su utilidad, hay países donde ciertos detectores de humo iónicos están prohibidos. Esto no es casualidad; tiene una razón de ser.

Dado el contenido radiactivo que un detector iónico de humo puede contener, su desactivación conlleva peligro, ya que implica riesgo de fuga.

No basta con que el detector de humo iónico sea homolgado para aprobarse su instalación. Cualquier reforma del espacio, obras que se realicen u otros cambios, pueden ser fatales ante su desconexión.

Es por esta razón que aquellas empresas que venden detectores de humo recomiendan su devolución si se desactivan. De este modo, se puede llevar a cabo una retirada ordenada en el mercado.

Por otro lado, existe una clara tendencia a dejar de comercializar el detector de humo iónico como instrumento de seguridad, dadas sus circunstancias de peligrosidad, aunque no está determinantemente prohibido su uso, con un adecuado mantenimiento.

Como alternativa, es preferible instalar otro tipo de dispositivos capaces de proteger cualquier lugar ante incendios o acumulaciones de humo, como puede ser el caso del detector óptico de humos.

Diferencia entre detector iónico y óptico

Teniendo en cuenta que, tanto el detector iónico como el detector óptico son claves en un sistema de alarma contra incendios, hay que diferenciar varios aspectos entre ambos. Si bien es cierto que los dos detectores utilizan una fuente y un sensor, que activa la alarma si dicho sensor queda obstruido por el humo, sus características son distintas:

Detector de humo iónico

• Trabaja con base a una cámara que contiene dos placas y un material radiactivo: Americio 241. Éste ioniza el aire que traspasa las placas, produciendo una corriente eléctrica que mide un circuito electrónico conectado a dichas placas.

• Una vez generada la combustión, las partículas liberadas se involucran en la ionización, lo que hace disminuir la corriente para alertar con una señal de alarma.

• Depende de partículas de radiación diminuta para detectar el humo, creadas a partir de plásticos, químicos, gasolina, aceites o alcohol, entre otros elementos.

• Difícilmente detectan partículas grandes y densas de humo.

• Se han de desechar con extremo cuidado, no siendo viable desprenderse del detector mediante la basura convencional.

• Son más económicos de comercializar.

Detector de humo óptico

• Funcionan a través de luz. En el interior de su cámara disponen de un LED que emite luz y un fotosensor. La luz que emite el LED incurre en una parte de la cámara no captada por el fotosensor.

• En un escenario de incendio, el humo entra en la cámara del detector, lo que oscurece el medio en el que se irradia la luz que emite el LED. Así, la luz se dispara, reflejándose en el fotosensor, para generar la señal de alarma.

• Su uso es útil para la detección de incendios con menos velocidad de propagación, en los que se extiende humo negro fácilmente visible, como pueden ser los producidos con lana, madera, cuero y la mayor parte de los combustibles polímetros.

• Su coste económico es más elevado.