La Policía Nacional ha dado la voz de alarma a las empresas para que tomen sus precauciones cada vez que un técnico de telecomunicaciones se plante en sus establecimientos con la intención de realizar una revisión. Y es que este cuerpo de seguridad ha detectado una nueva modalidad delictiva de robos con violencia, en la que los delincuentes se hacen pasar por este tipo de personal para conocer las medidas de seguridad con las que cuenta el local y asaltarlo más tarde
Han sido numerosos los casos que se han dado en los que han acudido a domicilios privados falsos revisores del gas o de telefonía que, haciéndose pasar por personal de este tipo, han aprovechado para cometer hurtos en las viviendas a las que accedían. Sin embargo, ahora, desde el citado cuerpo de seguridad se ha detectado que esta modalidad se ha pulido y ha surgido una nueva en la que los delincuentes actúan en empresas de cierta entidad en las que se suele contar con dinero en efectivo en cajas fuertes.
A través de un comunicado, remitido a las distintas asociaciones de comerciantes malagueños, desde la Dirección General de la Policía se ha querido prevenir a estos empresarios y se explica en qué consiste exactamente esta nueva metodología criminal. En concreto, han detectado que los autores de los golpes realizan una visita previa a las instalaciones que tienen como objetivo disfrazados de personal técnico de empresas de telecomunicaciones, alegando una supuesta avería, una revisión de la instalación o una comprobación rutinaria. Asimismo, los delincuentes también se hacen pasar por empleados de otras mercantiles de suministros.
En este sentido, se precisa que estas personas disponen de uniformidad completa de las referidas compañías pantalla. De hecho, llevan acreditaciones falsas que suelen portar en un lugar visible, por lo que en muchas ocasiones resulta imposible distinguirlos de los auténticos empleados.
Su intención, siempre según advierte la Policía Nacional, no es otra que tener un conocimiento más profundo sobre el sistema de seguridad que emplean en las instalaciones, su emplazamiento y conexiones. Por ejemplo, se fijan en el número y ubicación de las cámaras de vigilancia, el tipo de alarma empleada, la distribución de las estancias o el emplazamiento de la caja fuerte.
Otro de los aspectos sobre los que se avisa es que las visitas de estos delincuentes se realizan tanto en el local que es el objetivo del robo como en aquellos colindantes, con la intención de, posteriormente, acceder al establecimiento en el que quieren dar el golpe mediante un butrón. En ocasiones, incluso se ha observado que los autores han recorrido varios establecimientos en su estudio previo de la zona.
Por otro lado, conscientes de que sus visitas previas son grabadas por las cámaras de vigilancia, desde la Dirección General de la Policía señalan que toman la precaución de esperar al menos 15 días para efectuar el robo, que es el tiempo medio de custodia de las imágenes de seguridad. En otros casos, también se ha constatado que se apoderan o destruyen durante el golpe los discos de grabación para dificultar su identificación a los agentes que posteriormente se encarguen de la investigación.
Con este comunicado, la Policía Nacional quiere poner en alerta a los comerciantes, para que tomen precauciones y eviten robos como los que cometió una banda que actuaba en Málaga y en Madrid empleando el citado modus operandi. Hace unas semanas, desde la Comisaría Provincial se informaba de la detención de tres hombres –dos en Madrid y uno en Mijas– a los que se atribuyen una decena de robos cometidos siguiendo esta forma de actuar. El valor de los objetos de los que se apoderaron supera el millón de euros, según apuntaron.
En esta ocasión, las investigaciones comenzaron tras relacionar varias denuncias por robos, cometidos en Madrid y en Málaga, con el mismo modus operandi. Todas coincidían en que habían recibido la visita de un supuesto técnico de una empresa de telefonía con el pretexto de realizar una inspección de las instalaciones.
De esta manera, consideran que los detenidos localizaban los sistemas de seguridad para luego desactivarlos en el momento que iban a actuar. Una vez que contaban con esta información elegían el día para ejecutar el asalto. Entonces, accedían a las mercantiles provistos de elementos de oxicorte para abrir las cajas fuertes.
En uno de los asaltos, perpetrado en una empresa de productos tecnológicos de Marbella, supuestamente utilizaron furgones y vehículos de alta gama sustraídos para apoderarse de gran cantidad de smartphones.
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